sábado, 28 de mayo de 2011

De Lebrija, Springteen's y playas

Con los exámenes a punto de acabar, con un parón de 4 días entre el último realizado y el último por realizar llegamos a la conclusión de que nos merecíamos un descanso por tanto tiempo sin levantar la cabeza de los libros, los apuntes y el ordenador, necesitábamos algo de vida 1.0, así que no fue difícil el llegar a un acuerdo. Era el momento de estrenar la temporada estival que aún no ha llegado oficialmente, pero que las temperaturas se han empeñado en adelantar a finales de mayo.
La noche antes, si que es cierto que llovió con intensidad en Huelva, y que deberíamos de tener un plan alternativo, pero todos datos de la vida 2.0, nos decía que no iba a hacer falta, que iba a hacer buen tiempo para disfrutar del primer baño en el mar de este año. Así que empezamos a calentar motores, Rafa me avisaba por whatsapp que iba a llegar a nuestro destino sobre la 12.30, y yo le decía que saldríamos un poco antes de esa hora de Huelva capital, así que llegaríamos sobre las 13.00 más o menos. El otro Rafa (el Lebri de aquí en adelante) me esperaba en su casa, para ir a desayunar a la Tertulia del Litri, donde nos esperaba Alejandro "El bombero" que no es bombero, lo que me hace pensar que ese apodo es por algo físico que prefiero no saber pero de lo que me hago una ligera idea.
Sentados en un salón interior de la Tertulia desayunamos tranquilos leyendo la prensa el Lebri y un servidor, para poco después despedirnos y poner rumbo a nuestro destino, La Antilla nos espera.
Por el camino, en el coche, las conversaciones típicas de dos colegas que van a la playa y terminan los exámenes... vamos, hablábamos de mujeres, tanto de clase como de fuera, lo normal antes de ir a la playa. Al llegar aparcamos cerca del centro comercial donde íbamos a pasar gran parte de la tarde.
¿Sabéis que es lo peor que le puede pasar a alguien cuando va a la playa a parte de no llevar bañador? QUE SE LE OLVIDE LA TOALLA ¿verdad Lebri? por suerte Rafa es un tio preparao y en casa no compran toallas porque se las regalan, y tenía de sobra para poder dejarle una al Lebrijano que no estuvo muy fino.
De la mañana en la playa poco que comentar, que La Antilla tiene un agua cristalina, que me sorprendió en demasía, que hizo un día maravilloso de playa, que disfrutamos como enanos dándonos lomazos contra las olas, que infiltrarte en un grupo de gaviotas para espantarlas no es fácil, y que el charquito que se forma en la orilla es el mejor sitio para descansar y estar fresquito, que los bocatas y las cocacolas (y el 7up del Lebri) saben mejor debajo de la sombrilla, y que si la compañía es agradable mucho más.
La tarde pasó rápido y Rafa se fue a casa a prepararse para ir a la Tilla, donde íbamos a pasar el resto de la tarde, mientras el Lebri y yo apurábamos los últimos momentos antes de subir a darnos una ducha y poner rumbo al centro comercial.
Antes de ir a La Tilla, nos pasamos por casa de Rafa a devolverle la sombrilla de más que nos dejó y la toalla que le cedió muy amablemente al olvidadizo lebrijano, y ahora sí que nos pusimos a pasear con destino Centro Comercial Varadero, donde habíamos dejado el coche y donde íbamos a soltar la sombrilla para que no nos estorbara mientras nos regodeábamos en las vistas y la tranquilidad que se respira en La Tilla.
Al dejar las cosas en el coche y mirarnos... nos empezamos a preocupar por lo que podía pasarnos esa noche, y es que parecíamos dos ERASMUS (el Lebri casi lo es), estábamos ROJIIIIIIIIIIIIIIISIMOS, así que nos metimos en un supermercado y compramos una crema AfterSun que nos sorprendería unos minutos más tarde.

Compramos la crema y ahora sí que nos empezamos a preparar para disfrutar de verdad, en La Tilla nos recibió Raquel, simpática la chica, y nos trajo dos cafés solos con hielo que, de verdad os lo digo, estaban de arte. Entre sorbo y sorbo y foto y foto, nos empezamos a embadurnar de crema, y fue al salir a la terraza del local cuando descubrimos el secreto de los vampiros de crepúsculo, USABAN ESA CREMA, cuando los rayos de sol empezaron a incidir en nuestras pieles cubiertas de crema empezamos a notar cierto brillo dorado, y la carcajada fue sonora. Empezamos a analizar el envase, y en él ponía, CON REFLEJOS DORADOS. Por una vez en mi vida me sentí como un vampiro a medio hacer, yo que no soy muy fan de los vampiros que huyen de la sangre, y me acababa de convertir en uno, así que para desquitarme esperé que llegara Rafa. Estuvimos un rato hablando y ya no aguantaba más QUIERO UN SPRINGTEEN YA!!!
y allí se presentó con dos vasos con un líquido verde y otro rojo, el Springteen original (verde) para un servidor y la modificación (rojizo) para el Lebri. Mi nota, ya lo dije por twitter, ¡¡MATRICULA DE HONOR!!, así que si algún día tenéis la oportunidad y el placer de ir a La Tilla Chill-Out Terrace no lo dudéis ni un momento El Springteen es vuestra bebida. Tras eso y mandar muchas fotos y videos a los amigos para darles envidia, nos despedimos de Rafa amenazándolo con un retorno no muy tardío, por que, días como ese no he vivido muchos, y aunque se que será difícil de repetir no me voy a quedar con las ganas de intentarlo.
Así que antes de terminar, solo me queda agradecerles a los Rafaeles (Sumu y Lebri) el día de playa y charla que nos dimos ayer, ¡¡GRACIAS!!