jueves, 14 de febrero de 2013

Una noche diferente

Un ambiente embriagador campaba a sus anchas por la cocina donde aún estaba dando los últimos retoques a la cena, es una noche especial y por eso estaba preparando algo especial. En el salón la mesa estaba prácticamente lista, el mantel blanco perfectamente estirado, el vino estaba en su decantador aireándose, reposando sobre el delicado cristal con el que está elaborado. Los platos de base colocados perfectos, con los cubiertos alineados y ordenados, las servilletas dobladas sobre los platos con forma de flor y el candelabro central con las velas aún apagadas y sobre un cesto de flores. Mientras la salsa que acompañará a la carne terminaba de coger temperatura abrió la despensa y cogió una botella de vino que estaba abierta y se sirvió otra copa. En su rostro no había tensión ni prisa por acabar la cena de esta noche. Dio un sorbo a la copa de vino mientras se sentaba en un taburete de la cocina y con la mente lejos de allí se dejó llevar, solo el sonido de la lluvia que empezó a caer y cuyas gotas golpeaban en la ventana que había a su espalda le devolvieron a la realidad, fue entonces cuando recordó que faltaba un último detalle antes de servir la cena, la música. Avanzó, copa en mano se acercó a una estantería junto a su equipo de música, echó un vistazo entre los cd's hizo una pequeña selección y siguió buscando, no estaba muy convencido así que devolvió los discos a su sitio y abrió una puerta de un mueble aledaño, dentro un tocadiscos y algunos vinilos, buscaba uno en concreto...quería que sonara una canción en particular...el disco era "Pearl", la canción...


Mientras sonaba la canción fue a la cocina para servir la cena, un plato, sirvió la carne y la aderezó con la salsa que estaba humeante en la salsera, le puso un poco de albahaca, abrió la puerta del frigorífico y sacó el aperitivo, encendió la placa vitrocerámica al mínimo y colocó sobre ella el plato de recién servido. Un último sorbo a la copa ya casi vacía de vino y salió con el entrante, una manzana hacía de soporte de unos palillos en los que había ensartados pequeños dados de queso acabados en un tomate cherry, lo colocó con cuidado sobre la mesa y busco en sus bolsillos algo para encender las velas, encontró un mechero en el bolsillo trasero de su vaquero con el que prendió la mecha y las velas blancas iluminaron la mesa, justo en ese momento terminó la canción.

El disco siguió sonando mientras con tranquilidad terminaba de colocar los últimos detalles a la mesa, una rosa sobre el plato frente al cual él se sentaría una cajita con un lazo junto a la copa de vino que reflejaba el hipnótico bailar de la llama de una de las velas, recolocó todas y cada una de las flores que coronaban el centro de la mesa y volvió a la cocina dejando sobre la encimera la copa vacía que había paseado por todo el salón mientras ponía la banda sonora de la cena.

Acercó la mano a la parte superior del plato para ver si estaba caliente, sacó de un cajón un pequeño paño azul con el que cogió el plato y se fue hacia la mesa colocó el plato sobre ella y se acercó hasta la puerta de la cocina desde donde lanzó el paño hacía el taburete, con paso rápido se fue a su habitación donde había dejado lista la ropa que llevaría mientras cenaba, colocada encima de la cama estaba una camisa blanca, un vaquero oscuro y una corbata negra, se apresuró en cambiarse, sobre la mesilla de noche había un pequeño frasco de colonia que usó sin abusar, lo justo para una distancia corta. Una vez acabada la maniobra salió de la habitación.

Según avanzaba por el salón fue apagando luces para que solamente la mesa estuviera iluminada por la danzante luz de las velas. Tomó asiento en la mesa, se sirvió vino y dejó la otra copa intacta y sin más comenzó a cenar, tranquilo, disfrutando cada bocado de la carne que había preparado, deleitándose en los matices que el vino le dejaba en el paladar, sonriendo pese a la soledad.

Al acabar el plato y parte del entrante se levantó con parsimonia y sacó el postre, un delicioso mousse de chocolate, con pequeñas tiras de fresa helada, se apartó un pedazo generoso, cogió una copa de balón, una botella de brandy y volvió a su asiento, mientras se ponía un poco de brandy en la copa comenzó a hablar solo "No tenías porque molestarte" dijo mientras cogía la cajita que el mismo había colocado antes de cenar, su sonrisa era indestructible, radiante, abrió la pequeña "ofrenda" se sonrojó  y la colocó junto a la copa, el resto de la cena, mientras terminaba el postre y el brandy lo pasó en silencio, entre ensoñaciones despiertas, pensando que tal vez, en algún otro lugar, habría alguien como él, que en un mundo paralelo estarían juntos, que no había motivo para que en este no pudieran encontrarse, que ambos pondrían el mismo empeño en conseguirlo. Y así es como te felicité en la noche de San Valentín.