viernes, 19 de julio de 2013

¿Y mis amaneceres?

Rutina, en eso se basa todo. Repetitiva vida de rutina tras rutina, solo interrumpida por algún chispazo de vida que, en contadas ocasiones, nos saca una sonrisa. Ojalá la rutina fueran chispazos.

Un día tortitas, otro tostadas, al siguiente croissant y al otro huevos con bacon o improvisar día tras día. Amanecer en el sofá o en el suelo o ¿porqué no? en la cama. Amaneceres... ¿Dónde están los míos?

Hace ya bastante tiempo que mi rutina comenzó, me refiero a varios años, todos los días igual, con algún chispazo de vida. Esos chispazos que bien podrían convertirse en rutina. Amanecer con alguien al lado. Que sea una rutina el no saber que es lo que me espera al despertar, solo tener la certeza de que siempre estarás ahí. Amanecer contigo.


Supongo que estoy empezando al revés, tal vez con eso consiga romper nuestra rutina. Escribo por si me estás leyendo, por tentar al destino (en el cual no creo, pero con el que me gusta jugar) esperando que se decida a cruzarnos el tiempo suficiente como para que nos demos cuenta que hemos estado perdiendo el tiempo.

¿A nadie más le gustaría tener una rutina diferente cada vez que el sol se asome por la ventana? ¿Nadie quiere sorprender y ser sorprendido? Yo mataría por saber que al llegar al hogar cualquier cosa maravillosa puede pasar. Saber que alguien me espera o morirme de emoción al sentir que está a punto de llegar. Discutir, pasear, pelearnos por el mando, disfrutar, decidir cual es nuestro lado de la cama, soñar.

Almuerzos, cafés, atardeceres, pero sobre todo necesito mis amaneceres. Nada de despertar con resaca sin saber donde estoy ni quien duerme a mi lado. Quiero que al alba comience una nueva aventura con alguien especial. Mi "Alguien Especial". Esperaré.


Mientras tanto, seguiré con mi rutina, escribiendo de vez en cuando, al capricho de las musas.