martes, 3 de septiembre de 2013

Historias

Algunos escritores cuentan vivencias personales, otros las mezclan con algo de ficción, también hay algunos que escriben frases aparentemente sin sentido por separado, pero que al leerlas todas cobra algo de sentido.

Yo podría ser una mezcla de todos, digo podría ser, porque no me considero escritor ni mucho menos... aunque echo mucho de menos el poder contar historias, en las que cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia, pero ni el tiempo ni las musas me acompañan. Y de la inspiración mejor ni hablamos.


¿Qué pasó con esos príncipes despeinados? ¿Dónde está Momo? ¿Ya no hay más lo-k-uras? ¿Se perdió la magia de verte reflejada en lo que lees? ¿Porqué no puedo escribir?

Ahora mismo no puedo responder a ninguna de esas preguntas, aunque sé, que el día que consiga responder a una sola de esas volveré a estar a gusto conmigo mismo. Mientras tanto, entre trabajos sin cobrar, trabajos que no me llenan, viajes que se quedan en un sueño (espero que no sea eterno), y la añoranza de volver a estar delante del micrófono, sobrevivo, que no es poco.