miércoles, 9 de octubre de 2013

Magia, otra vez.

Ponte cómodo, o cómoda, hoy voy a intentar demostrar que la magia existe si uno cree en ella, no sé quien eres, no sé que eres, pero voy a ver si puedo hacer que te identifiques, seas quien seas.

Con vuestro permiso, me voy a sentar a tu lado, hazme hueco, bien, así me gusta, que te muevas un poco, aun sabiendo que no me voy a sentar a tu lado. Ahora, piensa en un sitio donde podamos estar tranquilos. Si te digo varios sitios pecaré y fallaré, así que lo voy a dejar a tu elección, no quiero saberlo.

Si te paras por un momento a pensar en mi, puede que te de por sonreír, tal vez me conoces y seguramente habremos pasado un buen rato, si no me conoces también sonreirás, porque hay que estar bastante loco para leer esto y pensar que soy una persona normal.

Tal vez en tus pensamientos discutamos sobre fútbol, sobre música, sobre como sería nuestra vida juntos, sobre besos robados, sobre muros, sobre emperadores, sobre barbas, gafas de sol, papeles mojados, contratos...de lo que estoy totalmente seguro es que también charlaremos con un café, con una cerveza o una copa, y que será rodeado de amigos.

También puede darse el caso que nos veas sentados, quizás a la orilla del mar, quizás en una casa en el campo, a lo mejor ni existimos pero compartimos algo. Sea lo que sea, se agradece un poco de compañía a estas horas. En realidad se agradece compañía a cualquier hora, a nadie le gusta estar solo. La soledad no es lo mismo cuando la eliges que cuando te la imponen, mi elección ya está hecha. Ahora dime, la magia se ha perdido del todo ¿verdad?