La playa, en noches como esta. Sin nubes, con una leve brisa, la suficiente para una temperatura ideal, que pueda abrazarte sin tener calor, aunque cada vez que estoy cerca tuyo...
Y esta luna, la de hoy, esta luna que tantas noches jugó con nosotros a no mirarnos a dejarnos intimidad en ese rincón de nuestra playa, nuestra luna, iluminando nuestras conversaciones mientras nuestros pies juegan en la arena fría y nuestras manos se enredan y desenredan una y otra vez entre caricias y abrazos. Con esta luna, que hoy se ha empeñado en no esconderse, hemos pasado buenos momentos. Nuestra playa y esta luna, nosotros, hubieramos sido un buen equipo.
Con esta luna que hoy brilla enorme en el cielo he sentido la necesidad de salir y buscarla, necesitaba verla y en mi mente imaginar que habría pasado si siguieras aquí. Nos hubieramos convertido en magos, o en cualquier cosa que imagináramos. La magia, la magia de esta luna, la luna que fue nuestra complice.
Por eso, con esta luna, que supongo que ya habrás ido a mirar por la ventana, quería deciros que todo es posible, solo hay que querer que sea, parafraseando las frases manoseadas hay que dejar de soñar y esforzarse por convertir los sueños en realidad. Soñar es algo bello, vivir tus sueños es indescriptible. Ser el sueño de alguien es maravilloso, ser su vida...
No hay que dejar de soñar, pero sin separar los pies del suelo, y tratar de hacerlo real. No vale con intentarlo una vez, hay que pelear y sufrir, nadie regala nada, las cosas que más queremos no son fáciles de conseguir, pero alcanzar la realidad de un sueño...
