lunes, 25 de enero de 2016

Desquiciado

¿No os ha pasado que en algunos momentos de vuestra vida sentís que no tenéis el control de la misma? Yo además sé que día pasó. Fue el viernes 6 de noviembre de 2015, sobre las 17.00 de la tarde. Ese día dejé de llevar el timón de mi vida, todo se enturbió y desde entonces llevo a la deriva. Sin saber que es lo que estoy haciendo, sin saber si lo estoy haciendo bien, sin saber donde puedo acabar, sin saber cuando volveré a recuperar los mandos de mi vida.


Muchos podéis pensar que tengo una vida envidiable...os la dejo el tiempo que queráis. Y más si os guiáis por lo que sale en las redes sociales. Tengo suerte, después de todo, por que pese a estar totalmente descontrolado las cosas no me están saliendo del todo mal. Tengo varios proyectos que están tomando un rumbo ilusionante (es de las cosas que más me motivan), tengo gente a mi alrededor que me empuja a seguir adelante, tengo sueños que parece que pueden hacerse realidad y tengo la esperanza de volver a ese viernes donde dejé de ser una persona cuerda.

Algo que me ayudaría es poder recuperar los atardeceres, poder recuperar los paseos por la playa, poder recuperar tus manos entre las mías, poder sentir de nuevo un abrazo, poder perder la noche hablando en el sofá, igual que perdíamos la ropa. Dar un salto atrás y recuperar lo que dejamos en pausa.

No voy a negar que estar desquiciado es divertido, pero después de tanto tiempo creo que necesito reconducir todo y tener lo que me falta. Ya no es cordura, es una estabilidad en todos los sentidos.


Perdí el sentido del amor pero no el del sarcasmo, sabes que te haría el humor hasta llegar al orgasmo.

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