jueves, 3 de marzo de 2016

Chispazos

La definición de esta entrada es la siguiente:
Salto repentino de una o varias chispas, especialmente entre dos conductores eléctricos

 Eso es lo que suele pasar en algunos momentos de la vida ¿No os ha pasado nunca? No, no me refiero a tocar un enchufe o sentir una descarga eléctrica así tal cual...me refiero a que en algún momento, te ocurre algo que te eriza la piel, que te desconecta del mundo por un instante, que te deja ensimismado...¿Sabes a qué me refiero?


El inicio de un concierto, una foto, el roce con alguien...esos momentos en los que saltan chispas...tanto buenas como malas, cuando hablamos de chispazos puede pasar de todo. Que bonito es cuando, sin esperarlo, algo cambia entre dos personas, una mirada es capaz de cambiarlo todo, un instante en el que se cruzan las miradas y ¡PUM! Salta la chispa y sin saber porque pierdes la cabeza y no te importan los problemas ni la dificultad, simplemente no puedes controlarlo. El problema de los chispazos es que hay que mantenerlo activo, conseguir que se repita a menudo conseguir alimentar ese choque entre conductores. Pero no todos los chispazos son buenos, a veces un chispazo te hace despertar de la locura, un mensaje inoportuno, una foto que te devuelve a la realidad, una llamada a destiempo, una salida de tono o una entrada en un blog.

Chispazos, quien los controlara...Tanto para bien como para mal. Uno ya no sabe qué hacer con tanta electricidad corriendo por dentro. ¿Sabéis? Yo hace no mucho tiempo sentí un chispazo que me casi me dejó loco, hoy me arrepiento de poner de mi parte para no perder la cabeza, si lo hubiera hecho tal vez no estaría aquí, ni estaría escribiendo esto. Pero si escribo esto es por otro chispazo, supongo que es el efecto de acción-reacción, Un chispazo que lleva a otro que lleva a otro que te ha traído hasta este blog. Chispazos, benditos y malditos chispazos, os estáis convirtiendo en mis musas.


Cuentan historias de vida y placer,
de soles que arden en tardes que no han de volver,
de mundos libres y de amantes que bailan desnudos
y entre los bailes te juro que escucho tu voz...
otra vez...
(Historias de Vida y Placer, Izal)