lunes, 27 de febrero de 2012

Sr lobo

Son menos de diez minutos GENIALES

sábado, 25 de febrero de 2012

No pude despedirme

Un capricho, una apuesta o un reto, cualquiera de esas opciones es válida. Incluso todas a la vez, fue un capricho que se convirtió en apuesta y terminó siendo un reto. Cuando alguien tiene ganas de empezar algo nuevo pone todo su empeño en conseguirlo, yo tenía ganas para tirar de todos, la idea a priorí parecía una locura, pero sabía que había gente que en el conjunto podría hacer algo grande.

Así comenzó una aventura que ahora continua sin mi. Mi capricho, mi apuesta, mi reto, sigue ahí, pero, cosas que tiene la vida, ya no formo parte de él. Aun así estoy orgulloso y satisfecho de esos 95 programas. Orgulloso porque en todos y cada uno de ellos he intentado hacerlo lo mejor posible, y mejor que el anterior si cabe. Orgulloso porque supe rodearme de gente que sabe de lo que habla. Orgulloso porque empezamos siendo dos y a día de hoy son cinco los integrantes fijos del programa, y dos más que van cuando pueden. Orgullo porque durante todo ese tiempo he conseguido vivir mi sueño.

Pero los sueños acaban, porque no se puede dormir eternamente, y parece ser que todos pensaron que mi ciclo había acabado, yo no voy a decir si es apropiado o no, si es correcto o no, si fueron las formas o no, es una decisión que fue tomada por unanimidad y no me queda otra que acatarla sin rechistar, otra cosa bien diferente es que esté de acuerdo.

Aprovechar como hice nada más salir de la reunión en la que se me informó de mi "cese" del programa, para agradecer la oportunidad brindada por la web de estar ahí durante esos programas, satisfecho me voy. También aprovecho para decir que el revuelo que hubo en Twitter con #nosinustedseñormontero no fue promovido por mi, ni dije nada al respecto, todo lo contrario, lo que yo quiero es que el programa dure mucho tiempo, y que siga creciendo, y que gane en audiencia y que siga con paso firme de convertirse en referencia del deporte de Huelva. Nada me haría más ilusión.


Solo un pero, no me gustaron ciertos detalles, que no voy a describir, no me gustan ciertos comentarios, que tampoco voy a describir, creo que he sido muy correcto y si en algo he ofendido a alguno pido disculpas, y las pediré publicamente si fuera necesario. No tolero la hipocresía, ni la falta de palabra, ni los "donde dije digo digo diego", y por supuesto me duelen mucho las sonrisas a la cara y las puñaladas por la espalda.

Quitando ese pero, solo me queda repetir que os deseo mucha suerte, y si algún día nuestros caminos vuelven a unirse que esto se quede en una simple anécdota.

Larga vida al programa y muchas energías para todo lo que hagáis.

martes, 14 de febrero de 2012

Un Solo Día

Las copas de vino aun estaban sobre la mesa, la botella vacía sobre la alfombra, la manta frente a la chimenea donde se improvisó una cama a la luz de un fuego que ya no existía y una compañía...¿donde está la compañía? Abrió los ojos cansados de una noche de alcohol, besos, caricias y todo lo demás. Miró a un lado y a otro sin ver rastros de vida cerca. Solo al relajarse y dejar que el sentido del oído volviera a recuperar su nivel normal pareció percibir el ruído de la ducha.

Cerró los ojos de nuevo y poco a poco fue incorporándose en un suelo que parecía tambalearse suavemente bajo sus pies. Notó el frío provocado por la ausencia total de su ropa, pero no se molestó en buscarla. Se apoyó en el sillón y siguió su camino hasta la puerta del baño, parándose justo en la puerta. Estaba cerrada, y probó suerte, tal vez no hubiera cerrado el pestillo. Esperó un poco hasta asegurarse de que estaba ya disfrutando de una reconfortante ducha. Mientras, en su cabeza dibujaba su cuerpo unas horas antes, junto al fuego haciendo crujir la madera, su cuerpo desnudo iluminado por los diferentes rojos que salían de la chimenea que no hacían más que darle más intensidad a la rojez que se dibujaba en sus mejillas fruto de una pasión que aún estaba en sus inicios. La puerta de la ducha se cerró y eso le devolvió a la realidad con una sonrisa en el rostro. Abrió con sumo cuidado, se acercó al espejo sigiloso como un gato y escribió algo con los dedos sobre el cristal, cerró la puerta del baño y puso rumbo a la mampara, deteniéndose a una distancia prudencial, deleitándose a través del cristal de un cuerpo del cual disfrutó toda la noche.


Su imaginación se disparaba, pero él sabía que la realidad supera con creces a cualquier cosa que uno pueda imaginarse. Se acercó un poco más y con cuidado entró junto a ella en la ducha, que parecía que lo estaba esperando. Su pelo le caía empapado sobre los hombros cubriendo el cuello y dejando solo a la vista un poco de su sonrosado pecho. Se acercó y la besó bajo esa lluvia artificial y todo volvió a empezar de nuevo, volvieron a recorrer sus cuerpos, volvieron a disfrutar el uno del otro, volvieron a dejarse llevar hasta el éxtasis de una locura sin remedio y sin frenos.

Terminaron abrazados y al salir y ver el espejo...son esos detalles los que hacen grande días como este, ni regalos caros, ni cenas románticas, ni viajes, ni nada de eso, pero aún más grande es tener detalles cada día, demostrar con gestos, complicidad y pequeñas cosas que uno está así todos los días. Porque aunque sea un día festivo, no deja de ser uno más. Yo prefiero los San Valentines que duran 8760 horas, 8784 si es bisiesto.