martes, 12 de noviembre de 2013

Funambulista

Imagina que despiertas de pié, con una vara larga en tus manos en posición horizontal, al abrir los ojos solo ves el horizonte y una larga cuerda de acero que parece fundirse a lo lejos con el cielo. Los pies uno delante del otro y al girar la cabeza ves lo mismo que al frente. De repente, un golpe de viento te hace tambalearte y casi perder el equilibrio. Ahora estás despierto. Comenzamos con las opciones.

Puedes seguir caminando hacia donde miras o dar la vuelta y volver por un camino que no sabes si has recorrido. Puedes quedarte quieto y esperar o puede dejarte caer, no ves que hay abajo y tal vez no lo veas.

También hay prioridades, la mía es sobrevivir. Opciones, prioridades, dificultades o facilidades. en eso consiste la vida. Opciones que se convierten en prioridades, prioridades que desaparecen, dificultades que no lo son tanto y facilidades que se complican. ¿Sobrevivir? casi prefiero hacerlo en un Apocalipsis zombi o dentro de una jaula de leones hambrientos. En esas situaciones uno sabe que hacer. Pero y en el día a día.

Decides empezar a moverte, titubeas al avanzar, un mal paso y caerás, es una opción pero no una prioridad, acabas de elegir avanzar y para ello no debes caer. Sigues tu lento y dubitativo caminar por el acero cuando a lo lejos divisas algo que se acerca hacía ti. ¿Y ahora?. Ves que va derecho hacia tu posición, no a minora pese a estar a unos cuantos metros de donde te encuentras, miras a un lado, el vacío, miras al otro, más vacío, y cuando lo tienes justo delante de tí... ¡SALTAS! y lo haces hacía arriba dejando que lo que sea que acaba de intentar joderte pase por debajo de ti y en un despliegue de coordinación y equilibrismo consigues volver caer sobre el cable y no caer. Y los problemas siguen y tu sigues avanzando, sin saber por que, pero lo haces, esquivas saltando y agachándote, sobrevives mientras empiezas a percibir que hay gente que se sube y se baja del cable sobre el que tu estás, que son ellos los que intentan tirarte. Así que te detienes.

Te sientas sobre el cable, has decidido no evitar lo que te lancen, ahora lo que haces es desviarlos con ese palo con el que despertaste y que te ayuda a mantener el equilibrio. Y te fijas en él. Frases, de eso está hecho. De miles de frases y las reconoces, es de esa gente que te ayuda, de esa gente que te sigue ayudando, que están ahí contigo, a su forma. Así que te pones de nuevo en pie. Y avanzas corriendo, sin miedo, con decisión. Saltas, te agachas y golpeas, pero no dejas de avanzar. Convirtiendo las opciones en prioridades y la dificultad en facilidad. Dejando a un lado los que obstaculizan tu camino y tirando, pero sobre todo apoyando a los que están ahí, como lo haces tu, de forma incondicional.


¿Opción o Prioridad? No doy prioridad a quien me tiene como una opción, y el tiempo de ser una opción con posibilidad de ser prioridad es limitado.

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