domingo, 2 de diciembre de 2012

No me hacen falta princesas

El frío acompañado de la soledad deja entrar a la melancolía por cualquier resquicio de tu vida. Es mirar a tu alrededor y ver u oir aventuras de parejas, escapadas de fin de semana o locuras de una noche de invierno, donde el frío los hace estar más unidos, más cercanos, con mayor contacto y pese a las bajas temperaturas, con menos ropa.

Es por eso que me he propuesto encontrarte, porque se que estás ahí, y que lees este blog, y que algún día me diras "Soy la que inspira tus historias" y en vez de ponerte el zapato cual cenicienta te pondré nombre y cara y además el título de todas las entradas de este blog.


Me da igual en que trabajes, me da igual como seas, me da igual lo que estudies, me da igual tus costumbres, solo quiero que me digas que eres tu. Para ello te lo he puesto fácil, tienes dos opciones, una, la más rápida, es dejar un comentario o escribirme un tuit o hacerte ver por alguno de los sitios que frecuento, la segunda, es más de príncipes, es el día que toque a tu puerta y me veas frente a ti, no me dejes hablar, no dejes que me presente, simplemente lánzate, como lo haría yo.

Reconozco que la segunda opción es más complicada y pese a que la primera me parezca más simple, al igual que tu espero que sea la segunda opción la que elijas. He cambiado de trabajo para ponértelo más fácil aun, ahora voy llamando a todas las casas de esta ciudad, deseando que la próxima puerta sea la tuya, que la carpeta que llevo en mi mano izquierda salga volando y que tu abrazo, al igual que tu beso, sea eterno en el marco de tu puerta.

No llevo un zapato de cristal para probártelo, pero se que no hace falta. Solo espero que estés en esta ciudad, de no ser así, dame tiempo, porque al final te encontraré, en los cuentos el príncipe siempre encuentra a su amada y no importa que no seas princesa, de eso ya me encargaré yo.

Ya me he equivocado bastante, ya me toca acertar, no me falles y por el bien de los dos, no lo dudes.

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