domingo, 22 de enero de 2012

¿Magia?

La impaciencia les hacía perder el control, cada uno por su lado dirigiéndose hacía el mismo punto, con unas ganas de llegar que les nublaba la conciencia. Cuando él llegó vio el coche de ella ya estacionado, paró el suyo al lado, se cogió el bolsito en el que llevaba las llaves y la cartera y se cambió de coche, no había cerrado la puerta del suyo que ella ya tenía el motor del otro encendido, y apenas se cerró la puerta que el coche ya estaba en marcha, el destino, un lugar alejado de la luz de la ciudad.


Acompañados por la luna llegaron bajo unos árboles que había a las afueras de la ciudad, pocas palabras hicieron falta, demasiadas hubo, de un salto se colaron a los asientos traseros del coche, y allí ahogaron las ganas, pero siempre quedaban más, y con la luna por compañera terminaron extasiados, entregándose al otro sin miedo, sintieron por fin el contacto de la piel más allá de las manos, se fundieron en uno, y como si del mejor guión de película romántica se tratara terminaron a la vez, jadeantes, con los tembleques del esfuerzo y la satisfacción, del saber que ya no les queda nada dentro, solo ganas por que esa noche no acabe nunca.

Se vistieron tras el cigarro, sin prisas fueron hacia el coche de él, pero no se despidieron, un "Sígueme" y un coche tras otro, juntos recorrieron la carretera alejándose de la ciudad se acercaron hasta una casa de la familia de él. Las luces de la casa apagadas y la ausencia de coches en la puerta le hizo respirar con tranquilidad, tendrían la casa para ellos.

De la mano entraron, hicieron ronda por las habitaciones y volvieron a salir para coger algo de madera y poder encender la chimenea. Fue delante del fuego, tumbados sobre una cama improvisada hecha a base de cojines del sofá y de las camas, con un par de mantas por si el frío les sorprendía, donde acabaron rendidos de tanto amarse. El sueño se apoderó de ambos, pero fue él el primero en despertar, y al ver su rostro con el pelo alborotado a su lado, abrazándolo, desnuda, lo que hizo que una sonrisa traviesa asomara a su rostro. y allí se quedó tumbado junto a ella, admirando la belleza de su compañera, esperando a que despertara a su lado y ver que la sonrisa sería devuelta.


¿Magia? ¿quieres saber si esto es magia? No lo és. La magia es conseguir que tu pienses que eres uno de los personajes, magia es que algo te haga pensar que se podría hacer real algo de lo que has leído, magia es eso. Todo lo demás son solo trucos de ilusionistas baratos.

lunes, 16 de enero de 2012

Diablos y polvo

Las habitaciones de los hoteles siempre le habían parecido frias y sin personalidad, por eso Damon siempre llevaba tres cosas indispensables en su equipaje. El ordenador portátil, donde llevaba su música, sus series y su películas, la tablet, porque sus viajes siempre eran por motivos laborales y en la cama se trabaja mejor con ella, y el marco de fotos digital, donde iban pasando un carrusel de fotos de sus vacaciones y sus andanzas con sus gente.


Pero este hotel le parecía distinto, seguía siendo frío, todas las habitaciones idénticas, todo el mobiliario colocado de la misma manera, sin nada que las distinga. Tal vez eso, y el distanciamiento con ciertas personas le hacía sentir aún más solo. Por los altavoces de su ordenador sonaba un tema de Bruce Springsten, tumbado boca abajo, con la almohada debajo de su pecho y la tablet organizando su agenda para los próximos días, convocando reuniones y actos. Su vida era un auténtico caos, sus cafés duraban días, y apenas tenía noche para dormir, pero estaba dándolo todo de sí mismo para seguir.


No era tarde, pero dio por finalizada su sesión de trabajo, abrió su maleta que descansaba sobre el sillón que había junto a la ventana. Sacó su pijama y la ropa interior y se fue a la ducha. Abrió el grifo del agua caliente y se dispuso a llenar la bañera, llamó al servicio de habitaciones para que subieran una botella de vino y un par de copas, no esperaba a nadie, pero esa costumbre se había quedado. Siempre dos copas.

Con la botella en una mano y las copas en otro Damon se metió en la ducha, recordando lo que en otro tiempo fue algo que siempre acaba en el cansancio extremo surgido de la pasión desmedida, el baño que siempre acaba en ducha tras una larga batalla carnal. Esta vez solo una copa se ensució, solo hubo un baño tranquilo y triste. No hubo cansancio, por supuesto tampoco hubo batalla, solo un silencio roto por el movimiento de su brazo al dar un sorbo al vino. Nada más, y nada menos.

miércoles, 11 de enero de 2012

La Cajita "Especial"

Todo el mundo tiene una que no ve, pero a la que se acerca de vez en cuando. Está en algún rincón de su cabeza, otros, como es mi caso, además la tenemos de una forma física. Las hay grandes, pequeñas, medianas, redondas, circulares, cuadradas, rectangulares, de cartón, de plástico incluso de cristal, lisas, de dos colores, con tapa, con una pequeña abertura, sin tapa. La mía en particular, es de un verde azulado, con la tapa de rayas de diferentes anchos y colores.

¿Que hay en esas cajas? Recuerdos, momentos, vivencias...no quieres perderlos, son tuyos, pero ya no te hacen bien. Si los ves te traen recuerdos maravillosos, y por maravillosos duelen, así que hay que buscar una manera de mantener los recuerdos y poder olvidarlos.

Esa es mi caja, la de los "Recuerdos para Olvidar" no suena lógico, pero tenéis que entenderme, no tengo dinero suficiente para pagarme un psicologo o psiquiatra, conozco a un argentino...pero ese habla mucho, y se supone que...bueno da igual. La caja funciona, os lo aseguro, solo tiene un defecto, y es abrirla, algo que pasa de tanto en tanto, hacía que no abría mi caja más de dos años. En ella hay entradas de cine, tapones de botellas de vino, fotos en fotomatones, fotos de carnet, fotos para poner en un marco, pulseras, llaveros, relojes y cajitas con regalos en forma de anillos pendientes o colgantes. Hay cartas de hace 15 años, y cartas de hace unos meses, ya hay hasta un pen con fotos y videos que necesitaba quitar del mac.

Aunque son recuerdos que me sacan una sonrisa era hora de reiniciar mi vida, de centrarme como antaño en mi, incluso he escrito una frase, dos palabras solamente, que dejaré de usar, ya no tiene sentido, ni ha servido de nada.

En la caja se quedan muchas cosas, que hay que olvidar, y recordar solo cuando se vuelva a abrir. De esa caja no sale nada, solo entran objetos. La pregunta que antes nombraba ¿Lo Sabes? ¿No?

No es que no existan príncipes,
es que ninguna quiere ser princesa

martes, 3 de enero de 2012

Ponga el título AQUÍ

Las redes sociales están destruyendo las amistades...bueno, no, están cambiando la forma de conseguir relacionar a la gente. Las amistades es algo del pasado, cuando podías pensar que un amigo era para toda la vida, ahora, los "amigos" duran poco más de tres o cuatro meses, con suerte alguno se queda, yo puedo presumir de esa suerte. Solo me sobran ocho dedos si cuento a los amigos con las manos...


A lo que iba, las redes sociales son las nuevas revistas del corazón, ahora cualquiera puede sentirse perseguido y no solo por tener "seguidores" que eso para una persona con manía persecutoria como yo es un problema, si no porque te vigilan, controlan tus movimientos, si estás con unos o con otros. ¿Sabéis que? por lo menos en algo me tienen en cuenta.

No estoy para muchos gastos, ni con motivación para organizar nada. Tanto es así que últimamente si no me dicen "Vente" yo ni me muevo, no propongo cosas, ni me encuentro con ganas de usar el teléfono para llamar a nadie, respondo si alguien da el primer paso, ya sabes...he caído en la desidia. Pero que nadie se engañe.

En 2012 han cambiado muchas cosas (y eso que han pasado dos días y medio nada más), por ejemplo el concepto de "Tomar un café" ahora es recomendable ir con el pasaporte, y si tienes carnet de astronauta mejor, porque algunos tienen ovnis, la cuestión es que sales a tomar un café y nunca sabes donde puedes acabar.

Todo movido por las redes sociales, todo abierto para que venga el que quiera, si me sigues en Twitter lo comprobarás, no doy nombres, como mucho hashtag con los cuales cualquiera que lo lea puede venirse, no aparto a nadie, ni obligo a nadie a venirse. El que quiera acompañarme que se venga. Eso sí, que no tenga prisa por irse. Las horas pasan volando.