miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Que te pongo?

Una pregunta tan sencilla como esa solo podría tener una respuesta sencilla y simple. Aún así no siempre decimos lo que pensamos ante esa cuestión. Yo es una frase que suelo decir mucho, todo es debido a mi trabajo, "¿Que te pongo?" las respuestas son concretas, en la mayoría de los casos, aunque siempre hay alguien que se piensa la respuesta algo más de la cuenta. Es en esas personas en las que más centro mi atención, por que tal vez les pase lo mismo que me pasa a mi. Por regla general suelo responder relativamente rápido a esa respuesta, en algunos casos ni siquiera me hacen la pregunta, simplemente me lo ponen y ya está, aunque si es cierto, que aún en ausencia de ese "¿Que te pongo?" sigo pensando lo mismo, tal vez lo mismo que esos que cuando les formulo la cuestión dudan de su respuesta.
Una respuesta que podría ser algo como:
-¿Que te pongo?
- Me pones… me pones mucho, me pones los pelos de punta, me pones el corazón al borde de un precipicio a punto de saltar al vacío si no me prestas atención, pero una atención diferente a la de cualquier cliente, también me puedes poner tu número de teléfono en una servilleta, y tu hora de salida, y ya puestos ponme también un lugar donde te gustaría ir conmigo. Me pones también bastante nervioso, cosa que a veces me hace ser un poco "trocho", ponme un reto, puedes ponerme también una sonrisa grande, incluso una mirada picara y cómplice a la vez.
- ¿Todo eso?
- ¿Puedo seguir pidiendo más cosas?
- Ya que estás… ¿se te ocurre algo más?
- Si, claro, ponme a tu vera y vamos a tomar café a otro lado.

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