lunes, 5 de octubre de 2015

Muérdeme

Aun me duele, cada vez que mi lengua pasa por mi labio inferior siento un dolor profundo dentro de él. Pero no es un dolor que me haga daño, es un dolor que busco, que intento que no se olvide, tal vez por eso, de vez en cuando me muerdo ese labio, para que la herida o lo que sea que tenga no se cierre. Ese dolor me hace recordar una noche donde las ganas se convirtieron en una acción descontrolada y ansiada, buscada y necesitada, una noche de lujuria y pasión extrema. 


No sé cuantos mordiscos fueron, no sé cual fue el primero, ni sé cual fue el último, sé que todos están aquí, en mi labio, recordándome esa noche, el suelo temblaba a nuestros pies y tratamos de rozar el cielo con cada movimiento acompasado. Nos buscamos, nos tentamos, nos encontramos, nos cansamos, dormimos y despertamos exhaustos y entusiasmados. 

Noches así quiero en mi vida, noches así son las que se necesitan para sonreír cada mañana, cansarse para coger fuerzas y aguantar el día, aguantar el día para que al llegar la noche...Muérdeme, quiero que me muerdas de nuevo, que abras aun más esta herida, que mi sangre brote suave por mi labio, que al saborearla sepa que es cosa tuya. Muérdeme, cada noche, cada día a cada momento...



Esa boca que me apasiona, esos labios que me enloquecen, esa lengua con la que luchar cuando nuestros labios se unen, muérdeme, muérdeme siempre que quieras, siempre que puedas, muérdeme....


No hay comentarios:

Publicar un comentario