lunes, 19 de septiembre de 2011

Mensaje en una botella

No hay muchas cosas que me hagan sonreír, tengo un caracter digno de estudio psicológico, paso de un extremo a otro en cuestión de segundos. Pero hoy me han sacado una sonrisa, de las de antaño, de las sinceras, de las que me hacía falta. Ha sido la misma persona que hace dos años me sorprendió y que unos meses después desapareció. Y lo ha conseguido de la misma forma que la primera vez, sabiendo que me iba a sentar bien, "Solo habla maravillas de ti", eso me han dicho, por supuesto por boca de otra persona, también me ha dado otra información que me ha dejado atónito, siempre ha sido igual.

¿Pensará todo el mundo lo mismo? ¿Hablaran todos bien de mi? Posiblemente no, pero solo con algún comentario como este cada cierto tiempo, me alegra el día. Se que dentro de un rato se me habrá olvidado todo, por eso he decidido escribirlo, antes de que sea un leve recuerdo en mi memoria, es lo único bueno que tengo, mi mala cabeza, mi sorprendete facilidad para olvidar muchas cosas, aunque no siempre olvido lo que quiero o me interesa.

Mañana toca irse, aunque sea por unas horas, alejarse de esta ciudad y de todo lo que me traiga gratos recuerdos, que aún siendo maravillosos hacen daño, por que como dice el Maestro Sabina "Que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver" (Peces de Ciudad).

Y es que los recuerdos pueden cambiar tu estado de ánimo, dependiendo del momento y del lugar en el que estes, pero sobre todo, dependiendo de la compañía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario