lunes, 21 de noviembre de 2011

Un domingo cualquiera

Cuando los problemas personales se te acumulan, cuando no te dejan pensar en otra cosa, cuando la casa se te cae encima, cuando te das cuenta que estás más solo de lo que pensabas, en ese preciso instante en el que estás a punto de cometer una idiotez, algo te lo impide, se llama miedo. Entonces y para calmar tu mente coges las llaves de casa y del coche y sin saber donde vas a ir arrancas y te pones en marcha.

La tarde empieza a caer sobre la ciudad, la música que suena no te llama la atención, pero el paisaje te tiene embriagado, ¿Casi 30 años viviendo en la misma ciudad y no te das cuenta hasta hoy de esos atardeceres? buscas un sitio desde el que intuyes puede salirte una buena foto, paro el coche a la orilla del rio, cerca del viejo muelle de mineral, y efectivamente, grandiosa la foto, la tuiteo, la pongo en facebook para que un amigo la pueda poner en su albúm, y vuelvo al coche, sigo sin tener rumbo, así que marco un número de teléfono buscando respuesta, pero no llega, desisto en mi intento, me enciendo un cigarro esperando algo, que tampoco llega. Arranco de nuevo y sigo sin saber hacía donde ir, pero sigo conduciendo. Empieza a llover mientras callejeo por las calles del centro, y en un pequeño atasco alguien se monta en mi coche.
- Perdona pero es que fuera llueve, espero que no te moleste.
- ¿que no me moleste? bueno, es sorprendente pero...tal vez sea lo que estaba esperando.
- Seguramente si, aqui dentro se está bien, me llamo...
- Da igual, prefiero no saberlo, es mejor así.
- Puede que tengas razón, ahora ¿donde vamos?

Y sonó un claxon, me puse en marcha, como antes sin saber donde ir, volviendo hacia las calles del centro, para buscar otra ruta por la que pasar un rato más conduciendo, esta vez con compañía, desconocida pero compañía al fin y al cabo.

Algo nos llama la atención subiendo una de las muchas cuestas de esta ciudad, una canción, le doy un poco de volumen, y ella empieza a seguir el ritmo con su mano, dando golpecitos sobre su rodilla, me mira y me dice que suba el volumen de la canción, obedezco sin rechistar. ¿qué canción es?, dale al play en el enlace de abajo.


Y ahí estamos los dos, dándolo todo, cantando y bailando dentro del coche, que se nos queda pequeño, y freno en seco, y me bajo ante la mirada atónita de mi acompañante desconocida.
- ¿que haces?
- Vamos sal, ¡bailemos!

Y ahí estábamos los dos, el coche con las puertas abiertas en mitad de la calle, los demás conductores y algunos peatones atónitos atentos a la escena, boquiabiertos, mientras seguíamos bailando y cantando, la canción llegaba a su final, y ambos lo sabíamos, nos miramos, y en ese justo momento, bajo la lluvia, y cuando todo parecía perfecto...
- Señor, tengo que pedirle que vuelva al vehículo inmediatamente, está obstaculizando el tráfico, y de no hacerlo tendré que multarlo. Dejen las escenas románticas para casa si no quieren tener problemas.

La voz del policía sonó bastante creíble, así que volvimos al coche, empapados y sonriendo, pero ni ella ni yo intentamos acabar lo que dejamos a medias fuera, la magia se había acabado. Dos calles más adelante, en un semáforo en rojo, y una vez se había asegurado de que ya no iba a llover más durante un tiempo, ella se bajó, ni adiós, ni teléfono, ni nombre. Solo una canción y un baile, eso hubiera salvado mi domingo, o un domingo cualquiera.

5 comentarios:

  1. A qué locos se les ocurre ponerse a bailar en medio de la carrtera?

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  2. a cualquiera a punto de hacer una idiotez

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  3. A mi no me parece ninguna locura ... la locura es no dejarse llevar ...

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  4. Para mí tampoco es ninguna locura, es una gran historia y al mismo tiempo un canto hacia la vida, hacia nuestros instintos. Locura y vida en la ciudad, vida en la gran urbe anónima y desconocida. Un canto hacia la vida, sin renunciar a la soledad y al anonimato que nos proporciona la masa. Maravillosa mezcla de soledad y de lucha por combatirla!!!
    AZA

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  5. ya si lo he leído...debí , sacarte del coche y tirarte...así me necesitarías para cuidarte las heridas, que al parecer son mas de las que pensaba...lo intentare con todas mis ganas, lo prometo, no me rendiré fácilmente.

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