sábado, 22 de octubre de 2011

Conversacion con Momo

Mientras volvía a casa no podía evitar sentirme muy solo en el coche, son muchas cosas junto a él y muchos kilómetros juntos. Pero ahora, como todo lo que me rodea tiene que alejarse, aunque si es cierto que
- ¿que escribes tio?
- Escribo que te echo de menos
- Tu no serás tonto ¿verdad? Pues no me ves que me tienes aqui sentado a tu lado.
- Ya Momo pero no es lo mismo
- No es lo mismo no es lo mismo, lo que tienes que hacer es alegrar esa cara de rancio que tienes desde hace días que parece que estás en la milla verde cojones. ¡Espabila! que es lo que tienes que hacer
- Ey!! relájate que vaya manera de empezar una conversación que tienes.
- ¿Cómo quieres que me relaje Danielito hijo? Si es que me tienes preocupao... el otro día, el día de las viejas, que fuimos a Mazagón.
- Amas de casa Momo, eran amas de casa.
- Lo que tu digas, a todas les faltaba un telediario para acabar en el asilo.
- Eres un bestia de cuidao. ¿que pasa con ese día?
- Dimelo tu, ¿crees que por que vaya detrás tuyo no te veo? Te pasaste todo el camino tanto de ida como de vuelta llorando. ¿Estás tonto o que?
- Tu desde hay no ves bien me parece a mi tio.
- Ya claro...lo que pasa es que como el coche tiene tanta mierda y tu ibas con la ventana bajada te entro algo, que además fue capaz de sortear las gafas de sol que no te quitaste en todo el día. ¿Te recuerdo que cuando salimos apenas si se podía ver el sol? ¿Y que tu ya llevabas las gafas puestas? ¿Porque no mientes a otro?
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Diez minutos más tarde aún seguía con la reprimenda:
- Y te digo otra cosa Dani, acéptalo, así empezaras a encontrarte mejor te lo aseguro.
- Es fácil decirlo estando ahí sentado. Pero no soy capaz, he metido la pata hasta el fondo, y ¿ahora que hago? no se que hacer.
- Mira chaval...yo al fin y al cabo solo soy un muñeco, supongo que no tengo corazón y si lo tengo es de tela y gomaespuma y no creo que sirva de mucho, pero sí se que si alguna vez te importó algo esa persona, deberías dejarla hacer lo que quiera, aunque te duela, aunque te hiera, date tiempo, las heridas sanan, y si se vuelven a abrir pues se volverá a curar, y cuando lleves unas pocas se encallará y entonces ya no se abrirá más y el dolor habrá pasado. Me preocupas Dani, deberías dejar de compadecerte y volver a hacer vida social normal, y tratar de enfrentarte a los problemas de frente, sin esconderte.
- Pero...
- Te pones muy pesado con el pero, NO HAY PEROS ¡¡Coño!! Tantos huevos que aparentas y dices tener y te hundes al menor escollo. LEVANTA ESA PUTA CABEZA Y SOLUCIONA ESTO YA.
- ¡Señor sí, señor!
- Así me gusta, ahora por favor... ¿me quitas lo que tengo debajo? hay algo que me molesta y llevo así desde que me subiste del coche. Y no te preocupes por lo demás, que ya llegaran tiempos de bonanza y volveré a darte capones en el coche.

Y el silencio volvió, y las palabras del muñeco siguen resonando, y ahora hay que buscar la manera de solucionarlo, porque si sigo hablando con muñecos voy a empezar a creerme de verdad que estoy loco, y si no...también.

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